Yo no tenía este hábito, lo aprendí
Yo no tenía este hábito, lo aprendí.
Me di cuenta que fumaba para sentirme cerca de ti.
Mi corazón se hundió junto con mi cuerpo en esa silla en Cancún.
La ceniza volaba y mi mente ya estaba a kilómetros lejos de aquí.
El humo cegaba mi mirada y una lágrima se derramaba.
Cómo podía ser que estaba en un lugar tan hermoso, con gente espectacular y yo aun sintiendo que la vida se me iba en pensarte.
Tiré la colilla del cigarro, me levanté, sequé mis lágrimas y me fui a perrear hasta el suelo para olvidarme de tus desprecios.
Tomé hasta ahogarme en alcohol y poder matar todas esas mariposas que alguna vez sentí por ti.